En esta temporada estival, se han reportado múltiples e impresionantes avistamientos de cetáceos en la Bahía de Mejillones y la de San Jorge, también conocida como Bahía de Antofagasta. Es importante señalar que el viaje de estos animales por las aguas del norte de Chile no es para nada un evento aislado, puesto que esta zona es una de sus rutas migratorias y alimentarias.
Sobre las causas de este avistamiento masivo que cautiva los antofagastinos, la Dra. en ciencias aplicadas y académica de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicos de la Universidad de Antofagasta, Ana María García Cegarra, explica los motivos relacionados a estos animales y su comportamiento en su paso por la costa de Antofagasta.
“Hay varias especies de cetáceos que visitan nuestra costa, como la ballena fin que actualmente es la que más se puede ver en estas latitudes, pero también se pueden observar ballenas jorobadas, delfines y orcas. Partimos sin saber muy bien que había hace 10 años, pero ahora tenemos un registro de cuando vienen y todas las especies descritas que han transitado por acá”, declaró la científica de la UA.
García detalla que hay dos épocas del año en que se pueden ver cerca desde la costa, una es en invierno y otra es en verano.
“En los meses de junio y julio es una fecha y la otra es al final de la primavera junto al comienzo del verano, donde podemos ver grupos de veinte a cuarenta individuos. El máximo registrado, hasta el momento, ha sido de cuarenta en la Bahía de mejillones durante el invierno”, precisó.
La científica aclara que uno de los motivos de este mayor tránsito de mamíferos acuáticos durante las últimas semanas se debe a una atracción alimentaria, esto porque la corriente de Humboldt, sumado a las condiciones que ofrece en la Península de Mejillones, hace posible la presencia de uno de los alimentos principales de estos cetáceos: el krill y la anchoveta.
ABUNDANCIA DE KRILL
El invertebrado marino denominado como Krill, tiene un tamaño que puede variar entre los 1 a 6 centímetros, dependiendo de la especie, y vive principalmente en las aguas cercanas al ártico, aunque es posible encontrarlo en aguas más cálidas como las de nuestra costa.
“Es una especie de invertebrado parecido a un camarón pequeño, entonces la ballena fin, en especial, se alimenta de krill en la Antártica, pero también en latitudes como la de las islas de Chañaral de Aceituno o acá en la Península de Mejillones”, comentó García.
También añadió que la presencia de este invertebrado está estrechamente relacionada con la visita de ballenas a las costas de nuestra región.
“Hemos observado que las ballenas entran a la bahía para alimentarse principalmente de krill, por esto se acercan a la costa. Hay una proliferación o abundancia de este invertebrado y, por consiguiente, hay más presencia de estos cetáceos”.
No obstante, la presencia de krill en la bahía no sólo atrae a ballenas y delfines, sino que también, a uno de los depredadores principales de estos últimos, el cual sigue a sus presas que van en búsqueda del krill y es conocida popularmente como “la ballena asesina”, la orca.
“Hace poco descubrimos por primera vez que las orcas de la corriente de Humboldt que se acercan a la península de Mejillones, son especialistas en cazar otros cetáceos, puesto que se alimentan principalmente de delfines, como el delfín oscuro. También hemos visto heridas en ballenas fin coincidentes con dientes de orcas. Por otra parte, también hemos constatado que se alimentan de lobos marinos”, precisó sobre estos animales García Cegarra.
CUIDADOS
La acción del hombre nunca es inocua para la naturaleza, es por esto que la científica de la UA entrega las precauciones y los cuidados que la población debe tener si quiere observar estos majestuosos animales.
Una de las principales recomendaciones que señala García, radica en que, al momento de observar, no se interfiriera en sus procesos para no ser un agente de estrés en su búsqueda alimentaria.
“Si se quiere observar desde dentro del mar es necesario guardar una distancia mínima de 100 metros para resguardar tanto la tranquilidad de los cetáceos, como también la seguridad de las personas, ya que, algunas especies suelen saltar y ser un poco impredecibles en su desplazamiento, lo que podría provocar accidentes por su colosal tamaño, el que puede alcanzar los 15 metros” alertó.
Otro peligro al que están expuestas dentro de la costa de una ciudad portuaria con un alto tráfico comercial e industrial como la de Antofagasta es el tránsito de grandes embarcaciones desde y hacia el puerto ATI y Coloso, lo que representa un peligro latente de muerte para estos animales por riesgo de colisión con las naves.
“Tenemos que cuidar y proteger a estos animales, no podemos olvidar que presentan problemas de conservación. Recién ahora está aumentando su abundancia y hay que contribuir a eso. Hubo uno o dos años donde tuvimos una gran mortalidad de ballenas por colisión con barcos grandes y por enredo con redes de pesca, que es la segunda causa de muerte.” declaró la experta.
En este sentido, Ana García comenta que, si bien ahora hay menos colisiones entre ballenas y embarcaciones, estas siguen sucediendo, con un registro de una ballena muerta por año en la región de Antofagasta. Aunque también señaló que se ha trabajado en soluciones para que este tipo de sucesos ocurra lo menos posible.
“El 2022 se firmó un acuerdo con la autoridad marítima donde se creó una ruta de navegación para los grandes buques mercantes, esto para evitar el encuentro en la ruta donde están las ballenas, pero eso solamente en la Bahía de Mejillones. Es importante replicar esta iniciativa en la Bahía de San Jorge, que es la Bahía de Antofagasta, ya que hay épocas donde hemos tenido una gran mortalidad de ballenas en esa ruta”.
Al mismo tiempo García Cegarra apeló a la necesidad del aumento de recursos para investigación en esta área, que permitan trazar con exactitud la ruta de estos animales, de manera que los barcos no interfieran en su desplazamiento.
Por todo lo anterior, la investigadora hace un llamado a la responsabilidad de la población para seguir preservando y cuidando estas especies que son fundamentales para los ecosistemas marinos y a su vez de esta forma, nos sigan entregando hermosas postales por un largo período en nuestra ciudad.