En el contexto del mes de la minería abordamos la historia del primer accidente de este rubro en el país, que comprometió a un indígena prehispánico que en torno al 1.500 de nuestra era murió -posiblemente asfixiado- al interior de un yacimiento (lo que hoy es Chuquicamata) mientras intentaba extraer mineral desde una veta.
Se trata del llamado “Hombre de Cobre”, cuyo cuerpo fue descubierto hacia fines del siglo XIX y luego de un periplo por múltiples ciudades donde era exhibido a modo de atractivo itinerario, quedó bajo la custodia de un museo en New York.
A continuación, el contexto en el que vivió este minero, las características de su equipamiento y también las gestiones a nivel gubernamental y local para retornar el cuerpo a Chile.
MINERO PREHISPÁNICO
El director del museo y encargado de patrimonio y museos de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, Osvaldo Rojas explica que el cuerpo fue encontrado en 1899, en un pequeño túnel cuprífero pertenencia a una minera llamada La Restauradora.
“Este minero precolombino de una edad aproximada a los 30 años, hace aproximadamente unos 1.500 años atrás sufrió un accidente al producirse un derrumbe en su entrada lo que provoco su deceso por asfixia, produciendo el primer registro de un accidente minero del que se tiene registro en tiempos precolombinos en el cono sur sudamericano. Este minero al producirse la perdida lenta del agua del cuerpo, permitió captar las partículas de cobre en suspensión en la pequeña mina, generando un recubrimiento de cobre, lo que produjo un fuerte impacto en sus descubridores y motivo del que deriva su nombre”, cuenta Rojas.
Asímismo agrega que “por la época en que vivió y por los descubrimientos asociados en la región referidos al periodo, se deduce que perteneció a los conjuntos de vida aldeana en los albores de la ocupación de las regiones óptimas para el desarrollo de la agricultura y la ganadería en las riberas del Loa y zonas adyacentes, donde se desarrolla de igual manera una explotación minera dedicada principalmente al cobre con fines rituales y comerciales con otras culturas de la comarca”.
DESCUBRIMIENTO Y TRASLADO A ESTADOS UNIDOS
Como mencionamos, el cuerpo es hallado en 1899 en medio de labores de minería en el sector de lo que hoy es Chuquicamata, y el dueño de la faena donde fue descubierto lucró exhibiendo el cuerpo en distintos puntos de Chile y después en el extranjero.
“Fue presentado como curiosidad, lo que generó suculentas ganancias a sus dueños, lo que los llevó a mirar al extranjero, coincidentemente se desarrollaba en 1901 en Estados Unidos, la exposición panamericana en la ciudad de Búffalo, Nueva York, donde fue integrado al pabellón de Chile”, explica el director del museo de Calama.
Según información del Museo Histórico Nacional “la fama de este minero atacameño creció tanto que en el año 1905 el famoso banquero y magnate J.P. Morgan, decide comprarlo y luego la dona al Museo de Historia Natural de Nueva York. Allí ha estado hasta el día de hoy”.
Replica del cuerpo, exhibido en la UCN en 2006.
TRATATIVAS PARA SU RETORNO
En los últimos 20 años se han realizado diversas tratativas para retornar el cuerpo al país. Estas gestiones bien las conoce Osvaldo Rojas, quien dice que desde el museo de New York no han mostrado reparos en entregarlo, siempre que se cumplan con ciertos requisitos.
“Los trabajos para el retorno de este cuerpo han sido variados a través del tiempo, donde destacan los esfuerzos generados desde la cámara de diputados el 2016, donde se aprobó iniciar las gestiones necesarias para su repatriación, iniciativas que igualmente se generaron desde La Universidad Católica del Norte y el Museo Chileno de Arte Precolombino, hoy la Corporación de Cultura y Turismo a través de su Dirección de Museos y Patrimonio, se empeña en recoger toda esta experiencia y poder generar las condiciones físicas y administrativas adecuadas para la solicitud del retorno de este emblemático minero”, explica Rojas.
Por último agrega que “esta iniciativa corre en dos carriles, el primero generar los recursos necesarios para afrontar los procesos administrativos y legales que requiere la propuesta, la consulta a los habitantes del territorio, organizaciones sociales, culturales y académicas, dialogo estrictamente necesario para unificar criterios en esta iniciativa que es de todos, el otro carril esta orientado a crear las condiciones necesarias para construir la infraestructura física, que reúna las condiciones científicas y técnicas para albergar este valioso y significativo cuerpo, en esta etapa, un grupo de profesionales se encuentra en la elaboración de la museografía, análisis de condiciones físicas de la infraestructura y coordinación con los estamentos comunitarios necesarios para el desarrollo de la iniciativa”.