El senador por la Región de Antofagasta y autor del proyecto que busca establecer un Royalty a la minería del cobre y del litio, Esteban Velásquez (FRVS), se hartó de la campaña de victimización que los altos ejecutivos de las principales mineras privadas están realizando a raíz de la incorporación del proyecto de Royalty a la Reforma Tributaria.
Al respecto, el parlamentario de señaló molesto que “las empresas mineras privadas terminen con los lamentos y lloriqueos y, de una vez por todas, a través del royalty, paguen un derecho que merecemos todos los chilenos”.
“Ha habido por parte de las mineras privadas una abusiva y vergonzosa campaña que se despliega en los medios de comunicación para intentar justificar que hoy no es conveniente un royalty minero. Para las empresas privadas, nunca ha sido un buen tiempo para hacer un aporte en lo que ha derechos significa para los chilenos y chilenas, y especialmente para los ciudadanos que estamos en las regiones y comunas cercanas a las faenas mineras donde tantas riquezas ellos producen y extraen y que prácticamente las comunidades aledañas nos quedamos solo con las externalidades negativas”, apuntó.
En el mismo tono y como habitante de una ciudad donde se emplazan no una, sino que ocho mineras, Velásquez agregó que “esta actitud de los privados y las externalidades de las mineras por cierto que nos irritan y molestan a las familias, los ciudadanos y ciudadanas que vivimos en aquellos territorios donde están las faenas mineras. Está el rajo abierto, están los relaves, la cantidad de gases y sustancias nocivas que lanzan a la atmosfera, el daño a las aguas, incluso este descalabro social que producen con esos turnos de 7×7 o 10×10 que alteran completamente cualquier estilo de vida y sabemos que lleva a los trabajadores a veces a situaciones muy extremas”.
“Las regiones mineras y sus comunas, hemos estado durante décadas colocando al servicio de la minería estatal y especialmente privada desde la vida humana, el medio ambiente y la escasa infraestructura urbana. Las rutas, las carreteras, el ferrocarril, los puertos, es decir todo lo que una ciudad construye para que vivan sus familias es ocupado por la industria minera que, ha provocado incluso, toda esta migración, antes que llegaran los migrantes extranjeros, de migrantes de nuestro propio país a las regiones del norte especialmente, a través de empresas contratistas, que traen como consecuencia, cuando estas empresas terminan sus contratos, trabajadores desempleados de los que no se hacen cargo, esperando que el estado o municipios lo hagan. El impacto negativo en el ámbito social no lo mide la empresa minera que hoy día a través de puros lloriqueos y lamentos pretenden no retribuir el justo derecho que merecemos los habitantes de Chile, y especialmente aquellos que vivimos en las regiones mineras”, concluyó.