“Estoy satisfecho, porque creo haber cumplido con lo que la Institución creía o pretendía que yo hiciese”, señala el académico y exdecano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica del Norte (UCN), Dr. Miguel Murphy González, quien se acogió a retiro luego de 38 años de servicio en la casa de estudios superiores.
El destacado profesional manifestó estar agradecido con la UCN, donde trabajó y contribuyó a su desarrollo desde el 1 de febrero de 1987, fecha en que fue contratado tras ser contactado un año antes por las autoridades universitarias de la época.
Proveniente de la Universidad Católica de Valparaíso (UCV), donde se desempeñaba como académico en el área de la Física, arribó a Antofagasta para vivir una experiencia nueva y compartir sus conocimientos en una región caracterizada por su entorno desértico y árido que, sin embargo, lo recibió con los brazos abiertos para iniciar una nueva etapa.
“En esa época la Universidad estaba interesada en cambiar el eje del Departamento de Física, unidad que hasta ese entonces era sólo un prestador de servicios, especialmente para el área de las ingenierías. Entonces, las autoridades me dijeron: ‘Queremos cambiarle la cara y queremos que Matemáticas, Física y Química ya no sólo presten servicios, sino que también trabajen científicamente’”.
En ese entonces -recuerda- el vicerrector académico era el profesor Iván Vladilo, mientras que el decano de la Facultad de Ciencias era Jorge Araya, con quien mantuvo los primeros contactos e inició el trabajo en su nuevo entorno laboral.
Posteriormente, tras casi dos años en la entonces Universidad del Norte (UN) y con la aprobación del Consejo de la Facultad de Ciencias, dio otro paso en su carrera para iniciar estudios de postgrado en el extranjero tras ser admitido en la Universidad de La Plata (Argentina) para cursar el Doctorado en Física en 1989.
Retornó a Chile a principios de la década de los 90. “No alcancé a terminar mi tesis, porque era experimental. Entonces, en los veranos y las vacaciones de invierno iba y avanzaba haciendo experimentos allá. Así que el año 97 obtuve el grado de doctor”. Su tesis doctoral fue en espectroscopía láser, área en la que se especializó a lo largo de su carrera académica.
El profesor Murphy es recordado y querido por sus estudiantes, a quienes transmitía sus conocimientos en materias como física mecánica, electrónica y termodinámica. Como docente recomendó siempre a las nuevas generaciones ser constantes y perseverantes y no dejar las cosas a medio camino.
TRAYECTORIA
Nacido en Valparaíso en 1955, Miguel Murphy estudió su enseñanza básica en el Colegio Santo Domingo de Playa Ancha. Luego, completó su educación media en el Liceo N°2 del puerto.
Con 16 años comenzó a trabajar en una pequeña empresa, haciendo muebles y reparando y restaurando casas antiguas, entre otras tareas. “Con el 11 de septiembre de 1973 todas estas pymes cerraron por un problema económico más que político. Y entonces me dije ‘aquí hay que hacer algo’. Tenía un compañero de trabajo que era dibujante y estudiaba Física. Él me dijo ‘¿por qué no entras a estudiar Física?’, y seguí su consejo e ingresé a la Universidad Católica de Valparaíso”.
Relata que al principio fue duro retomar los estudios, pero con constancia y dedicación logró nivelarse y sortear todas las barreras. “En el segundo año en la universidad me designaron ayudante en un laboratorio de Física, porque tenía habilidades manuales y fui a hacer clases”.
Tras titularse se sumó a las actividades de la UCV, donde comenzó su actividad académica, para luego tomar nuevos rumbos y dirigirse al Norte de Chile donde desarrolló la mayor parte de su carrera.
En la UCN ocupó una serie de cargos. Fue director del Departamento de Física por cerca de 12 años en distintos periodos, y decano de la Facultad de Ciencias en tres periodos. Fue designado director del Instituto de Astronomía (IA), perteneció al Colegio Electoral y fue codirector del proyecto Mecesup que construyó el actual edificio del Departamento de Física. También ocupó la presidencia de la Asociación de Académicos, y fue director de la Fundación PCT, entre otros cargos.
Sobre su futuro comenta que continuará ligado a la ciencia como colaborador en el Observatorio Astronómico Cerro Murphy Rolf Chini, que cuenta con respaldo del Centro Astronómico Nicolás Copérnico de la Academia de Ciencias de Polonia. Este recinto, contiguo a Cerro Armazones, está en terrenos del Observatorio Europeo Austral (ESO). El complejo se encuentra ubicado en la región de Antofagasta, en el denominado “Cerro Murphy”, lugar que lleva el apellido del destacado académico de la UCN en reconocimiento a su contribución al desarrollo de la astronomía y la difusión del conocimiento.